lunes, 20 de octubre de 2014

Mi mano

Hoy mi mano se enojó conmigo, me dijo que no quería verme más, cortó los ligamentos, nervios y tendones que me unían a ella y se fué. Lloraba lágrimas de sangre y sustancias viscosas que le salían de la unión que antes tenía con nuestra muñeca. Se llevó sus huesos, sus experiencias y sus memorias. Me dejó sin recuerdos de lo que había tocado y había sentido con ella. Me dejó sólo unos feos filamentos colgantes con sangre coagulada. No me dijo ni adiós, ni miró atrás. Cerró la puerta de un golpe y se marchó. Por allí andará arrastrándose camino hacia quién sabe dónde... ¿Volverá algún día mi mano?

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