martes, 25 de noviembre de 2014

¿y de dónde sacas esas historias?

A veces me preguntan... ¿y de dónde sacas esas historias?... si les cuento, no me van a creer. Empieza con un sonido intestinal, un estómago rumiante. Me quedo dormido sentado frente al computador y cuando despierto ahí está, una nueva historia. Me había dado tanta curiosidad cómo es que aparecen estos cuentos, que un día puse una cámara a grabarme cuando me dormía... lo que vi después fue interesante, a pesar de lo extraño no me asustó, como que ya me imaginaba que podría ser algo así, tanto por los sonidos intestinales como por los movimientos que sentía en el estómago. De mi ombligo salieron unos brazos diminutos luego una cabeza, como un alien pequeño. Se estiró hacia afuera, miró la pantalla y se puso a escribir. Revisó lo que había escrito, hizo algunas correcciones y se metió de nuevo. Desde entonces hemos desarrollado una relación simbiótica, yo me dedico a alimentarlo, él se dedica a las cosas creativas. Incluso ahora está escribiendo con el celular, yo dejo el celular arriba de una mesa, me quedo dormido y ya está... otra historia aparece. A veces también se me sale por el pene, duele un poco pero como las chiquillas quedan bien contentas me aguanto no más. Parece que tiene energía el pequeño.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Yo no soy así

- Yo no soy así.
- ¿Seguro?
- Si claro. Me molesta, no soporto, odio a los que son así.
- A ver... te voy a traer un espejo. Mírate.
- Y qué voy a mirar.
- Tu imagen. A tí mismo.
- Pero si me he visto miles de veces... ya lo dije, yo no soy así.
- Mira bien.
- Mmmmm.
- ¿Qué ves?
- Ahí estoy yo. Igual que siempre... que va.
- Mira tus ojos.
- Pero si...
- Mira tus ojos... ¿qué ves?
- mmmm
- ¿Ves algo que no habías visto antes?
- Parece... algo en la mirada...
- Mira alrededor de los ojos.
- Algunas marcas... no las había visto.
- Y El resto de tu rostro ... ¿qué ves?
- Veo...
- ¿Ves?
- Veo marcas... tensiones... líneas de expresión.
- ¿Qué te dicen?
- Se parece a...
- ¿A qué?
- Se parece a aquellos que odio.
- ¿Entonces?
- Entonces parece que... parece que si tengo algo de los que odio. Pero... pero...
- ¿Pero qué?
- Pero entonces... ¿Qué soy?
- Eso ya es un buen comienzo.

martes, 18 de noviembre de 2014

El ataque de los penes voladores

"Cuidado chiquillas andan penes volando" les dijo el borrachito al grupo de chicas colegialas que hacían jogging subiendo el cerro, luego estalló en risa jugosa. Obviamente las chicas no hicieron caso... solo un borrachín diciendo estupideces. Tremenda sorpresa cuando subiendo el camino del cerro vieron unas cosas que pasaban aleteando de un lado a otro. Se detuvieron y se miraron entre si “¿Qué son esas cosas?” ... “En mi vida he visto algo así” ... “parecen”... “parecen penes con alas”...

Cuando se dieron cuenta ya los penes habían notado su presencia y venían aleteando.
"Oh las weás raras"... "¿Qué hacemos?" "¿Nos harán algo?" "¿Corremos?"
Ya los penes estaban bien cerca cuando algunas se giraron y corrieron, otras anonadadas sólo dieron algunos pasos hacia atrás, otras cerraron los ojos y gritaron. Aquellas que gritaron, los penes se le metieron a la boca. Otros penes se fueron hacia las que corrían y se estrellaron contra ellas, eran tantos que las hicieron caerse, se les amontonaron encima y comenzaron a meterse entre sus ropas, sobretodo buscando sus entrepiernas. Gritaban las chicas y desesperadas trataban de quitárselos de encima, pero éstos eran muy escurridizos y se movían sin parar.

Una de las chicas, que había quedado a un lado del enjambre que pasó, se quedó pasmada mirando el ultraje de sus compañeras luego le vino una rabia tremenda y reaccionó. Tomó una rama gruesa de la orilla y comenzó a  repartir palos a los penes que estaban en el aire... uno... dos... tres... cuatro... cinco... fueron estrellándose contra los troncos de los árboles o contra las piedras en el suelo mientras quedaban inconcientes. Luego se acercó a sus compañeras sodomizadas en suelo y les quitó con las manos los penes que tenían encima, desenfrenada los quitaba y los azotaba contra el suelo, los que les habían quedado dentro de la ropa les daba puñetazos hasta que dejaban de moverse, entonces los quitaba de la ropa y los lanzaba lejos.

Al verla sus compañeras sintieron coraje y se lanzaron a la misma tarea. Las ya liberadas se pusieron de acuerdo con rápidas señas, agarraron palos y comenzaron a dar golpes a todos los penes que se movían en el aire, a tomar aquellos escabullidos dentro de las ropas, lanzarlos contra el suelo y aplastarlos con los pies.

Ya habían terminado con todos los penes que andaban rondando cuando vieron acercarse a una viejecita de espalda levemente encorvada, corriendo a duras penas. Miró la escena y les dijo: "Perdonen chicas, se me escaparon del closet y no pude atraparlos". Sacó una bolsa grande donde metió a todos los penes, luego les preguntó: "¿No queda ningún otro por ahí? ¿Cierto?". Las chicas se miraron, la miraron y mudas movieron la cabeza dando un no de respuesta. Sólo una de ellas no movió la cabeza, se había metido uno de los penes inconcientes en el bolsillo pensando que era buena idea.
"Gracias! Chau!" dijo la viejecita y se fue.

Las chicas la vieron alejarse por el camino del cerro con la bolsa al hombro. Se miraron un largo rato. "¿Están todas bien?" Preguntó la primera chica que atacó a los penes. Algunas encogieron los hombros, otras movieron la cabeza inclinándola hacia los lados, otras movieron la cabeza en señal de si. "¿Que hacemos entonces?" Silencio. "¿Pues, nos vamos?" y se fueron. Mientras caminaban algunas se tomaron de la mano, otras les pusieron las manos en los hombros a sus compañeras y otras  se abrazaron.

La cucaracha

- Eres una linda cucaracha... ¿ lo sabías?
- Pero si los seres humanos me odian.
- Bah!... no los tomes en cuenta... la mayoría de ellos se odian a sí mismos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Las vaginas devoradoras de hombres

Simplemente aparecieron. Nadie se explica como. Las llamaron vaginas devoradoras de hombres, porque eso parecen o eso son. Empezó en lugares apartados, por lo mismo costó reconocerlas, sólo se hablaba de aisladas y misteriosas muertes de varones, unas manchas de sangre, unos dedos, unos pies, unos restos de ropa saturados de moscas, algún cuero cabelludo arrancado de cuajo. El miedo comenzó a expandirse y muchas historias se inventaron. Se decía que era castigo de Dios, que los demonios habían venido a habitar la tierra, era el gran misterio porqué eran sólo los hombres los devorados. No fue sino hasta que se encontró una cámara fotográfica entre los restos de chicos desaparecidos, que se hicieron públicas las primeras imágenes y comenzaron a elaborarse teorías más creíbles. En ese video pudo verse cómo eran con sus largas patas negras como arañas y su área central rojiza, cómo flectaban sus patas, bajaban lo que parecía una vulva y succionaba a uno de los chicos por la cabeza haciéndolo girar para tragárselo comenzando desde las piernas, vomitando seguido las ropas y cabellos. "Parecen vaginas gigantes" fue el comentario general en todos los bares en que  el video se vió. Luego comenzaron a aparecer en lugares públicos, sobretodo en estadios y durante eventos deportivos donde se concentraban muchos hombres. Siempre andaban en grupos de a tres y cuando eran lugares grandes, varios grupos de a tres. Llegaban, succionaban todos los hombres que podían y luego se iban, se perdían en las aguas o en bosques tupidos.

Algunas mujeres se alegraron cuando se comieron a violadores y pedófilos, es justicia divina dijeron. Pero luego se comieron a sus maridos y sus hijos... y ya no era justicia según ellas.

Se organizaron grupos militares para acabar con ellas, pero fue en vano. Lanzaban unos escupos viscosos rojizos y pegajosos que inutilizaban todo. Y encima se tragaban a los soldados. Se decía que olían la testosterona, que preferían aquellos más machos, los más fornidos, los más guerreros, nunca se comieron a una mujer, incluso aquellas que se operaron para transformarse en hombres.

Sacerdotes y personas que sabían de mitos y ceremonias llamaron a hacer sacrificios programados en cada una de las grandes ciudades para saciar el hambre de estas engendras. Se organizaron sorteos para seleccionar un joven virgen que se sacrificara por su ciudad. A los sorteados se les dieron grandes lujos y buena comida por unos días hasta el día del sacrificio. No resultó. El día en que llegaron las vaginas caminantes se comieron al sacrificado, pero luego se comieron también muchos de los hombres que miraban y a los sacerdotes y sabios que habían organizado los sacrificios.

Llenos de miedo los hombres empezaron a vestirse y usar perfume de mujeres. Se dejaron el pelo largo, se maquillaron y aprendieron a moverse como mujeres, se depilaron, se alisaron o se ondularon los cabellos, se vistieron con sexis vestidos o ropa casual femenina. Nada de eso resultó. Curas, intelectuales, sabios, necios, ricos, pobres... ningún macho que hubiera pasado la pubertad se salvaba, las vaginas se los tragaban a todos.

Lo más impresionante parecía ser que los hombres ya estando a cierta distancia no escapaban. Sentían algo en el aire que rodeaba estas cosas que los embrujaba. Se quedaban atontados mirando e incluso parecían disfrutar cuando eran succionados. En varios casos hubo reportes de hombres sonrientes y gimiendo de placer mientras se los tragaban cabeza abajo. Incluso cuando sus enamoradas mujeres trataban de protegerlos, ellos las hacían a un lado y les decían "déjame" y se entregaban a la succión con absorta alegría. Las científicas dijeron que las vaginas come hombres se estaban inseminando con los varones que se comían, esto explicaba el crecimiento de su población y el placer que demostraban los devorados.

La sociedad comenzó a acostumbrarse a estas visitas periódicas. Se hablaron de cifras, se hicieron estadísticas y estimaciones. A ese ritmo de crecimiento y ataques en un período de 10 años los hombres fértiles de todo el planeta desaparecerían. Se invitaron a todos los varones a visitar bancos de semen para asegurar su descendencia. La inseminación artificial se hizo muy popular y muchas de las viudas se embarazaron de sus deudos.

 A falta de varones las mujeres comenzaron a ocupar los puestos de poder y responsabilidad. Se acabaron las guerras y las cárceles no fueron necesarias. Los pocos hombres que fueron quedando se volvieron miedosos, salían y se mostraban poco, se hizo común y necesaria la poligamia e incluso se instituyeron cuotas de sexo que ellos debían cumplir con varias, como método de salud para liberar el estrés femenino y alegrar a las viudas. Se hicieron planes de embarazo colectivo con lo que se esperaba asegurar la supervivencia de la especie. No se sabía qué pasaría con las vaginas gigantes una vez que se acabaran todos los varones fértiles. Quizás sería la única forma de terminar con ellas, que murieran de inanición, pues no parecían gustar de los bancos de semen ni de los niños en edad no fértil. Las mujeres ya resignadas comenzaron a rendirles culto. Se pensó que sería un sacrificio aceptable que murieran todos los varones fértiles actuales y así iniciar una nueva sociedad, con los niños que algún día se harían hombres, pero ya liberados de las vaginas gigantes.