jueves, 9 de junio de 2016

Historia de una Pelusa - parte 2

Pelusa se divertía mirando los rostros de la gente. La mayoría serios y apagados. Debe ser triste la vida de ser humano, pensaba. Luego se subía alguien con algún instrumento y tocaba una linda melodía...entonces Pelusa pensaba... también es bonita la vida de ser humano... se puede producir toda clase de armonías bellas. Luego subía alguien vendiendo algo y clamando que necesitaba dinero para su familia... ¿Qué será eso del dinero? - pensaba - todos los seres humanos parecían necesitarlo. Otras veces, en las horas más congestionadas dos hombres se ponían a discutir... ¡¿Porqué me empujas?!... ¡que maleducado!... a veces hasta se amenazaban y se pegaban... ¿Porqué hacen eso? - se preguntaba - ¿Será necesario para los hombres enojarse y denigrarse entre ellos?
Otra pelusa pasó por al frente de ella... ¿Para dónde vas? ... ¿Para dónde vas? Le volvió a preguntar... No hubo respuesta... Ninguna pelusa respondía nunca.

viernes, 6 de mayo de 2016

Un hombre cualquiera

El cansancio extremo..  Esforzarse por nada...  Así se le iba la vida.  Trabajaba para cumplir los sueños de otros. Su vida completa era para hacer cosas tan superfluas pero que otros consideraban importantes.
Nunca se había preguntado qué es lo que realmente quería para su vida...  Siempre sólo se dejó llevar por las circunstancias y por lo que otros decían. Siempre correcto... Siempre satisfaciendo los deseos de los demás...  Era como un robot...  vacío, sin intención...  los sueños cortados desde niño...  Básicamente sólo sobrevivía...  No tenía ninguna aspiración...  Era como un muerto en vida.

Un día le dió un ataque y su corazón dejó de latir. Su funeral fue vacío... Como su vida...  Sólo el cura dijo algunas palabras...  Las mismas que dicen para cualquiera. Nadie que lo conoció se atrevió a decir algo de él... más bien...  no había nada que decir.

lunes, 7 de marzo de 2016

Historia de una Pelusa - parte 1

La pequeña pelusa día a día luchaba por sobrevivir...  Sobretodo porque parecía que nadie se percataba de su existencia y quienes la notaban querían atraparla con escobas y trapos de limpieza.  En las horas peak tenía que esforzarse por escapar a las muchas pisadas de la gente que entraba en el carro y deambulaba escabulléndose entre las aglutinadas piernas. Las horas menos congestionadas eran las mejores,  en ellas deambulaba libremente por los carros dejándose llevar por las brisas ocasionales,  todo era libertad.  De noche se escondía en recónditos lugares para no ser encontrada por la gente de la limpieza.  Varias de sus amigas habían sido capturadas y llevadas no sabía dónde, ella intuía que no era un buen lugar.

Un día cualquiera, en esas horas en que no había mucha gente, un muchacho se le quedó mirando. No miraba nada especial,  le llamó la atención y le dió risa la gracia con que se movía aquella pelusa... "Parece que estuviera viva" pensó. Si la pelusa hubiese tenido piel y sangre, se hubiera notado que se puso colorada.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Mejor ser Repollo

Un día me aburrí de ser ser humano, y me convertí en repollo. Ya estaba aburrido de tener que trabajar, de los compromisos, de aguantar gente seria y con cara de poto, del metro lleno y de los empujones. Yo quería quedar plantado en algún lugar, alimentarme de sol, agua y minerales de la tierra y no tener que preocuparme nunca más de fingir una sonrisa.
Hubiera elegido otro lugar para hacer esta transformación, una granja orgánica quizás... quedé en una plantación industrial. Me rociaron con químicos y la tierra que me sujetaba estaba llena de minerales artificiales... era mi primera experiencia de repollo, así que lo disfrutaba igual, la luz del sol me llenaba de su energía de día y el frescor de la noche me hacía dormir dulcemente. Todo el tiempo descansaba, no tenía que preocuparme de nada, todo lo que necesitaba lo tenía a mano, no había que luchar por nada. De aburrido intenté hablar con los otros repollos, pero no me entendían... ya se me estaba olvidando que había sido humano, yo sólo era uno más entre tanto repollo. Una tarde pasó una nube y un niña flotaba en ella:
- “Hola!”, me dijo, “¿me escuchas?”
- “Ehee, ¿Hablas conmigo?” le pregunté...
- “ ¿Con quién más?... nadie más aquí parece escucharme.” - todos los demás repollos descansaban, como siempre.
- “Parece que si te escucho.”
- “Obvio que me escuchas... si puedes responderme es porque lo haces... ¿Porqué eres distinto?”
- “Yo no soy distinto... soy un repollo como todos estos.”
- “Eres el único que me puede hablar y que me puede mirar.”
Miré alrededor y nadie parecía haber notado nuestra conversación
- “No lo sé”... “Ahaa... espera... yo era humano, me quise convertir en repollo... aburrido del mundo.”
- “Ahaaaa... ese es el motivo... mira yo también soy humana... pero prefiero andar arriba de las nubes.”
- “No me acuerdo mucho... casi olvidé lo que era ser humano.”
- “¿Porqué no intentas volver a ser humano?”
- “No lo sé... aquí se está bien... no hay que luchar por nada, todo te lo dan.”
- “Pero no puedes moverte, no puedes ser independiente, no puedes correr ni saltar.”
- “Mmmm... si es cierto... pero ya soy uno más... igual a todos estos repollos, no puedo volver atrás.”
- “Eres distinto, ningún otro repollo mira para el cielo o escucha... además nadie te ha dicho que vuelvas atrás, lo que yo te digo es que vuelvas a ser humano... pero distinto a cómo eras.”
- “Mmmm... no lo sé... no sé cómo hacerlo.”
- “Si supiste transformarte en repollo sabrás cómo volver a ser humano.”
- “Mmmm.. si... puede que si.”
- “Bueno me voy... el viento ya me lleva a otro lado, no te olvides que eres único... quizás nos veamos cuando seas humano de nuevo.”
- “Bueno... Chaooo.. Gracias amiga niña.”
- “Chaooo.. amigo repollo.”
Desde entonces me propuse volver a ser humano, tuve que tener paciencia, dar brotes y volver a brotar de mis brotes varias veces y hacer otras tantas otras cosas... creo que me tomó como tres mil años llegar a ser humano de nuevo, pero para ese entonces, ya se me había olvidado que había sido repollo e incluso disfrutaba de la gente que ponía cara de serios, me decía que eso yo no tenía que hacerlo, tampoco necesitaba  ya fingir mis sonrisas porque me eran naturales. Cuando miraba las nubes me venían ciertos recuerdos que no lograba descifrar... me decía a mi mismo “Quizás algún día pueda flotar sobre ellas”.

martes, 20 de octubre de 2015

Un nuevo día

- Buen día, es un nuevo día y siempre aparece el Sol.
- No lo veo.
- Entonces está detrás de las nubes.
- Eso no resuelve mi problema.
- El pesimismo y la desesperación tampoco.
- Quedo donde mismo.
- Su problema ya está resuelto mucho antes de que empezara.
- No entiendo.
- Hay que cambiar la forma de ver, si usted ve las oportunidades que se abren con cada nuevo día, si está atento, si mira con los ojos del alma, si ve en perspectiva, verá que su problema no es más que una piedra, un pequeño obstáculo del camino, si levanta la vista y mira el contexto verá la cantidad de oportunidades que se abren mucho más allá que aquello que le preocupa ahora.
- ¿Y cómo hago eso?
- Empiece por limpiarse los ojos.
- Me mojé la cara esta maña y me fregué los ojos.
- Eso está muy bien, ahora le falta limpiar los ojos del alma.

jueves, 15 de octubre de 2015

Por la ventana entró

Por la ventana entró... yo estaba almorzando, se sentó al frente mío y me miró mientras comía y escuchaba la música ambiente. Me miraba, se levantaba, se subía arriba de la mesa y daba vueltas en torno mío. Me tomaba el pelo y jugaba con el, me daba besos, se apartaba y me miraba de lejos, se hacía pequeña y luego se hacía grande. No tenía una forma fija, era como una sombra y una luz al mismo tiempo, era de colores celestes algunos ratos y de varios colores a otros ratos, . Finalmente se sentó frente a mi tranquila... soy una idea me dijo... lo sospechaba le dije... intenté explicarle lo que era... se aburrió y se fue.

lunes, 25 de mayo de 2015

Un noche fría

Se sentó al lado mío y me dijo que recién se había tomado uno de esos mismos batidos que yo estaba tomando. Olía a calle y ropa vieja. Me dijo que también se había comido un queso y que le había caído mal, que había llevado el queso a Mendoza y lo trajo de vuelta porque no había alcanzado a regalarlo todo, que allá piensa operarse de una hernia que le apareció.  Me contó de la vez que le quisieron pegar. De cómo se defendió y dejó a un rucio alto sangrando, de cómo se escapó de los amigos del rucio entrando al bar de donde había salido, soltándose la chaqueta cuando uno de los del grupo lo tomó del cuello. Me contó que el nunca fue a los pacos pero que los otros lo denunciaron y ahora tiene antecedentes por eso. Antes me dijo que dormía ahí en el paseo nacional del turismo, al lado de una banca. Me dijo que tenía hermanos en Estados Unidos, que ya ni sabe dónde están. Ya era tarde,  me despedí y le pregunté su nombre, Heriberto Nuñez Catalán. El quería seguir contándome historias. Era una noche fría.