Buen viaje tía Amelia

Escribo esto para que me sirva de despedida, y para no darle tantas vueltas a las razones por las cuales no fui a tu funeral.

Curioso.... curioso que tantas veces te postegaste a ti misma o no pudiste ir a reuniones familiares por el campo, por trabajo, es curioso que yo ahora no haya podido asistir a tu funeral por lo mismo, por trabajo.
Sin embargo, debo estar contento porque sé que ahora estás descanzando, que ya no hay más sufrimiento y que te fuiste a dormir para despertar un tiempo más con energías renovadas.
La pena queda por que ya no te veré más, y en esa pena valoro el ejemplo de tu vida, como enseñaste con el ejemplo lo que es ser una mujer trabajadora y esforzada, siempre preocupada de atender bien a los seres queridos y siempre preocupada de atender las tareas del campo en Laja. Tú y tus hermanas que siguen vivas, las tías Lala y Ernestina son un ejemplo de amor incondicional, de esfuerzo, de lucha y de unión familiar. Lo que a mí me queda y que atesoro es ese ejemplo.

Adiós tía, y buen viaje...