Le mintió a la esposa
cuando le dijo que la amaba, le mintió a sus hijos cuando les dijo
que salía por trabajo, que volvería pronto. Le mintió al hombre
de la calle cuando le dijo que no tenía monedas. Le mintió a sus
amigos, cuando les dijo que le encantaba su trabajo. Le mintió al
señor del negocio cuando le dijo que le hiciera un precio, que la
economía andaba mala. Le mintió a su padre cuando le dijo que lo
odiaba, que no quería verlo más. Le mintió a su jefe cuando le
dijo que era una buena persona. Le mintió a sus colegas cuando les
dijo que eran como hermanos para el. Le mintió a su madre cuando le
dijo que no la iba a ver porque tenía mucho trabajo. Le mintió a la
chica con que se veía cuando le dijo que se iba a quedar con ella.
Se mintió a si mismo mientras se miraba frente al espejo, contenía
una lágrima que se le salía y se decía: “Lo tienes todo... eres
feliz”
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